Unión Esperanzada Condenada al Fracaso

Maldita sea la persistencia pesimista e inaudita que rodea mis escrúpulos. Parece una eterna defensa de un algo sin sentido, irreverente como aquel grito inaudible que mis pensamientos ahogan.
Los buenos momentos no son mas que una falsa esperanza que te ata, no permitiéndote entrar en razón cuando te das cuento de que lo bueno solo era una euforia tan pasajera, que apenas al reconocerle, se esfuma.
Que punzante puede ser la aberración de amar un recuerdo que se convierte en un anhelo vacío y lejano. Súbito final que ahonda en la desesperación irracional de la razón misma.
Como seres humanos, terminando siendo tan idiotas que el iluso se vuelve genio, todo por amor.
Y aquí me encuentro, en desespero, retornando a las palabras. Mi ruin y atesorada caja de memorias.
Y es cuando noto como mientras mi corazón no fue mio, me aleje de tus encantos, dulces versos.
Y conseguí el consuelo de tus artes en un simple abrazo sincero o un acongojado buenos días.
Ese sinfín de emociones por venir al comienzo de una travesía de odios y amores, de verdades y mentiras, de almas al desnudo y pensamientos al descubierto.
Confunde la duda al indagar. Acaso es que el tiempo nos cambio y somos diferentes. Acaso es que somos iguales pero el tiempo nos fue revelando como pieles de la cebolla, hasta llegar al centro. Terminar marchitos.

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